No hay nadie en Cadaqués que no conozca a Tajadura, un personaje que trasciende lo pintoresco, tan habitual en este particular pueblo paradisíaco del Empordà.
Joan Manel Tajadura era un niño que soñaba en ser arqueólogo y en su carta a los Reyes Magos obviaba los juguetes y pedía herramientas “eines, eines, eines!” -recuerda él-. Herramientas y libros, me confiesa que su gran pasión era la lectura. “Devoraba las enciclopedias, buscando las definiciones de las palabras. Mi gran pasión era conocerlo todo”. Estudió lo que en aquella época era lo básico, y “Mi Universidad fue la basura”. Sí, la basura, los restos, aquello que los demás desprecian por considerarlo de poco valor y que tan a menudo esconde tesoros de la historia colectiva.
Su colección de objetos se presenta bien ordenada, tras la puerta de entrada a su casa que es más un museo en el que se puede vivir, que una casa corriente. Sólo la escalera de entrada encierra un taller de “mestre d’aixa” (carpintero de ribera), un oficio en claro declive. Aquí tiene todas las herramientas, maquetas y otros objetos de Manuel Berenguer (Cadaqués 1881- Guinea 1924), uno de tantos de los que Tajadura tiene documentos des de 1735. Incluso conserva alguna información de algún “mestre d’aixa” del 1.400. Tajadura, con la complicidad de su mujer con la que viajaba a Linares ( Jaén) en sus vacaciones, se dedicaba en su tiempo libre a recorrer archivos, recopilar piezas o intercambiarlas. Cuarenta años lleva con este afán recolector que ha ido generando un archivo que contiene información sobre Cadaqués desde 1.228 hasta la actualidad, y sobre el Comptat de Empúries, desde el 1.229 hasta el 1.700. Podemos preguntarle sobre cualquier tema: naufragios, de los que conserva incluso piezas de barcos, como del Llanishen (Newcastle), vapor inglés que naufragó en “es Caials” y del que conserva una lámpara de posición, clavos y otros restos; pero también de la historia de la célebre Caritat Serinyana y del colegio que lleva su nombre y cuyo edificio de estilo colonial ha acogido a todos los niños y niñas de Cadaqués en sus aulas.
En sus vitrinas hay tesoros del mar, de especies que cuando llegan a la playa se queda si están muertas “si són vives, les son tornat as mar” (si están vivas las he devuelto al mar) – rebela con tono muy serio-, y el mismo las diseca y clasifica de manera que tenemos un recorrido muy didáctico de “grotes” (erizos), cangrejos, cabras de mar, caballitos de mar, moluscos, caracoles, e incluso peces aguja entre otras muchísimas especies, algunas que jamás había visto hasta entrar en este apasionante museo que tiene como casa. Incluso, ojo! conserva objetos del Calipso de Costeau. Muchos de estos objetos son frutos de intercambio, como decía, pero también de donaciones. Mucha gente de Cadaqués u otros lugares que al vaciar casas de familiares que fallecen ceden a Tajaudra todo tipo de pequeños tesoros, ya sean documentos, planos como objetos que él se encarga de investigar y acondicionar para poder ser expuestos.
Recordemos que Tajadura es un artista, y un manitas, y en su buhardilla, con unas vistas espectaculares a la bahía de Cadaqués, tiene su pequeño taller del que han salido tantas veces los trofeos de la regata anual de vela latina que se celebra en Cadaqués en septiembre. Pero también salen maquetas o reproducciones, o incluso juegos para niños que luego podemos encontrar en ferias más allá del Pení como en Begur o en La Volta del barrio de San Narcís de Girona. Y como en tantas otras ocasiones cuesta ser profeta en propia tierra y de momento no se le conoce exposición en Cadaqués, pero sí se ha podido ver parte de su colección en Begur, o en el 2008 en Figueres con motivo de la Capital Cultural Catalana. Tras de sí, sea como fuere, queda un legado impresionante, un fondo de alto valor para historiadores y para apasionados a los que guste conocer Cadaqués desde todos sus recovecos y desde la raíz de su historia. ¡Un fondo y un legado que no nos podemos permitir perder de ninguna de las maneras!
Incansable, Tajadura, está trabajando en este momento sobre el coral, tema de rabiosa actualidad y lleno de controversias, entre Cap de Creus y Begur.
Texto y fotos: Rafael Camps
