Cuando Francesca habla de sus rosas, empieza y no para, se nota que para ella, más que una afición, es una auténtica pasión. Mientras paseamos por su jardín descubriendo los pequeños rincones que ha ido creando nos explica las maravillas de las rosas antiguas. “Huelen mucho y siempre tienen un porte elegante, casi salvaje, ya sean trepadoras o de parterre. Tienen poco que ver con las rosas híbridas de tallo rígido que venden en la mayoría de los viveros”. Francesca nació en Cerdeña, estudió en Florencia y desde hace más de treinta años está afincada en un pequeño pueblo del Empordà. Es aquí donde imparte cursos sobre rosas antiguas y también desde aquí organiza viajes a su Italia natal o al sur de Francia para visitar jardines. “Pero lo que más me gusta es recuperar rosas antiguas. Por los pequeños caminos que rodean los pueblos medievales he encontrado muchas rosas antiguas, plantas que han sobrevivido a las casas y que crecen silvestres en muchos sitios”. Las descubre en primavera, cuando florecen, y vuelve en otoño para hacer los esquejes. Ahora en su jardín hay más 150 variedades de rosas, unas trepan por la pérgola para dar aroma a la terraza, otras rodean el huerto y otras esperan en tiestos a que alguien las plante de nuevo en un jardín.
Francesca Mineo -Riuràs – Tel. 610 088 701
