Fue el filósofo Xavier Rubert de Ventós quien habló de «desobediencia civil» en referencia a las acampadas de 1977 y 1978 en los Aiguamolls del Empordà que frenaron el paso de las excavadoras de las promotoras inmobiliarias. Desde entonces, una militancia ambientalista ha luchado por preservar la dignidad del paisaje ampurdanés.
Si la presión constructora de los años 60 y 70 dio lugar a un primer activismo ecologista, ya más acá, la burbuja inmobiliaria de los años 90 y 2.000 activó nuevas herramientas de lucha que reclaman una gestión del territorio asociada a un modelo económico y social sostenible. Esta publicación, de autoría colectiva, recupera la crónica. Un libro imprescindible para saber qué Empordà tendríamos si no hubiera sido por esta escuela de radicales que empieza a sentir el peso de la tradición.
Los proyectos urbanizadores y de explotación paisajística que no se han llegado a ejecutar y que se conservan en los fondos municipales ampurdaneses dan fe del desastre. La intención inicial era documentarlos todos, desde el circuito de fórmula 1 proyectado en el Montgrí, la autovía Blanes-Portbou que pisaba el Montgrí, los Aiguamolls y el Cap de Creus, el parque submarino de las Medes, la central nuclear de Pals , el helipuerto de Cap de Creus con enlaces a los aeropuertos de Barcelona y de Perpiñán, la pista de esquí artificial en Mas Marés de Cap de Creus … y así hasta llenar cajones.
Se ha hecho una selección de diecisiete proyectos paisajísticamente abusivos que se plantearon en el territorio ampurdanés en los últimos cuarenta años y que no han llevado a a cabo gracias en gran medida a la respuesta activa por parte de la población lo ha impedido. También se incluyen proyectos ejecutados que demuestran irregularidades o el intento de ser frenados de alguna manera.
